El encierro fue parte de una huelga convocada por la Asamblea de Estudiantes, que fijó a las 12:00 del jueves 12 de marzo una manifestación en Atocha en protesta contra el Plan Bolonia. Lo que los estudiantes piden es la “paralización del proceso iniciado con la declaración de Bolonia” y la “creación de un espacio de debate [...] basado en la transparencia absoluta y participación desde la base”, según lo comunicado en el blog de la Asamblea de Estudiantes de la uc3m .
Los primeros estudiantes comenzaron el encierro en la mañana del 10 de marzo. Poco a poco, se fueron sumando más y durante la noche estuvieron dando discursos y preparando las pancartas, que rezaban mensajes como “Fuera las empresas de la Universidad” o “¿Qué es Universidad? ¿y tú me lo preguntas? Universidad eres tú, que no te privaticen”, con las que amaneció al día siguiente la Universidad.
Aunque los jóvenes declararon la protesta como pacífica, varios trabajadores de la Universidad se quejaron de la misma y confesaron que “la protesta llega un poco tarde” y que “todos tenemos derecho, unos a manifestarse y otros a dar clase”. Uno de los vigilantes de la Carlos III informaba a este diario de que no se había aumentado la vigilancia durante esas noches y que no se produjeron altercados graves. Sin embargo, sí que intentaron entrar en el despacho del rector, activaron alarmas de incendio e intentaron saltar la valla del Campus de Ciencias Sociales y Jurídicas para pegar carteles en los exteriores de la cafetería. Un profesor de Economía comentaba enfadado que no le “dejaron dar su clase porque se llevaron los cables de los ordenadores”. También se produjo una pega de carteles en las puertas de las clases con el logotipo de la Universidad y el siguiente mensaje: “Lamentamos comunicarles que hoy, día 12 de marzo se suspende la clase por motivos excepcionales”. Sin embargo, el viernes ya no quedaba ninguno de los carteles colgados en la Universidad durante esos días.
Estos acontecimientos no fueron hechos aislados, la misma cita de Atocha se produjo a la misma hora en otras 28 ciudades, aunque la más sonada fue la de Barcelona por los incidentes que hubo con los Mossos. No obstante, hasta el momento todo sigue igual y no parecen haber alcanzado sus objetivos.